Son tiempos de diseño permanente. Ya lo dice el nombre: la Penúltima Idea, por poco, pero no la última. Les escribe un consultor artesano que entiende la consultoria como algo personal, donde cada proyecto es una pieza singular que se va modelando mientras se conversa. Aquí construimos desde un taller; gente, personas enredadas que nos ponemos de acuerdo para mejorar, aprendices tanto como artesanos, aprendiendo mientras hacemos.